A través de grupos de venta en Facebook han circulado vendedores que ofrecen víboras de cascabel.
En la región de la Huasteca, uno de los ecosistemas más ricos y biodiversos de México, ha comenzado a tomar fuerza una actividad ilegal que pone en riesgo a una de las especies más emblemáticas del país como lo es la víbora de cascabel.
A través de grupos de venta en redes sociales, especialmente en Facebook, se ha desatado un comercio clandestino de estos reptiles, ofreciendo ejemplares vivos a precios que van desde los 500 pesos.
Las serpientes de cascabel son capturadas y comercializadas principalmente para ser utilizadas en la medicina tradicional, en rituales de brujería, como alimento e incluso como mascotas.
Sin embargo, esta práctica ilegal está llevando a una caza desmedida de estas serpientes, particularmente en la Huasteca, una región donde la biodiversidad de fauna es clave para el equilibrio ecológico.
Lo más alarmante de esta situación es que muchos de los ejemplares que se ponen a la venta son serpientes adultas, de mayor tamaño, lo que hace que su precio sea más alto.
La venta de estos animales pone en riesgo la conservación de una especie que, al ser extraída de su hábitat natural y traficada, está perdiendo la oportunidad de reproducirse en libertad, lo que acelera su declive.
Los comerciantes, que operan en la plataforma Marketplace de Facebook, hacen de esta actividad ilegal un negocio que es difícil de regular.
La falta de control en las redes sociales facilita la expansión de este tráfico de fauna, y aunque existen sanciones penales para quienes capturan, comercializan o matan animales silvestres sin permisos, la denuncia y la persecución efectiva de estos actos ilícitos sigue siendo limitada.
La organización Selva Teneek han expresado su preocupación sobre el impacto que esta caza desmedida está teniendo sobre las especies de serpientes en la región Huasteca.
La captura ilegal no solo amenaza a las víboras de cascabel, sino que también afecta el equilibrio de los ecosistemas, donde las serpientes juegan un papel fundamental en el control de poblaciones de roedores y otros animales.
La sociedad civil y las autoridades deben actuar de manera conjunta para frenar este tipo de comercio ilegal que, lejos de ayudar a las comunidades locales, las pone en riesgo al destruir uno de los recursos naturales más valiosos de la región.
La protección de las especies y su hábitat debe ser una prioridad para asegurar la conservación de la biodiversidad, así como el bienestar de las futuras generaciones.