Itzachel, Karla Pontigo y Gabriela, son tres historias que a pesar de las diferencias en sus casos por los sitios y abusadores, tienen en común la falta de justicia por el influyentismo y la posición económica de sus atacantes.
Itzachel Shantal y Karla del Carmen Pontigo Lucciotto- son los nombres de dos jóvenes potosinas que además de ser víctimas de feminicidio, son el recuerdo de la injusticia y la inacción de las autoridades cuando los crímenes son perpetrados por quienes son parte de la “élite” potosina, cuyos atacantes llevan los apellidos de abolengo capaces de comprar la justicia. Gabriela también ha tenido que enfrentarse a las omisiones de un abusador con poder, fue abusada sexualmente por “Marcelito”, el nieto de un ex gobernador potosino.
Itzachel Shantal, una joven de 16 años, estudiante de una institución de alto prestigio “Salesiano”, un 20 de Octubre de 2007 salió de su casa llena de sueños e ilusiones, arreglada para dirigirse a una kermes que habían organizado los sacerdotes-maestros, por la tarde en el patito de su institución; Shantal llegó a la institución para encontrarse con sus amigos y pasar una tarde amena en compañía de ellos, sin embargo, esa misma tarde las aulas y los patios donde tomaba clases la joven, fueron testigo de la violencia de la que fue víctima, su cuerpo fue encontrado con signos de tortura y violencia sexual. Un sacerdote fue detenido, no obstante, cuatro años después fue puesto en libertad por la supuesta falta de evidencias en su contra.
Karla del Carmen Pontigo Lucciotto- tenía 22 años, era una joven estudiante quien luchaba día a día para continuar sus estudios; Karla vivía con su mamá, María Esperanza Lucciotto López y sus dos hermanos; la joven tenía dos trabajos, uno entre semana en un spa de rehabilitación para aprender a hacer masajes terapéuticos, ya que ella anhelaba ser fisioterapeuta y los fines de semana era edecán en la discoteca “Play Club” en ese entonces era de las discotecas más famosas, propiedad de Jorge Vasilikos Reyes; la noche del 28 de octubre de 2012 a Karla le arrebataron sus sueños y sus ganas de estudiar; aunque su cuerpo fue encontrado con huellas de violencia en la oficina del dueño, quien la acosaba, éste jamás fue aprehendido.
Una muestra más de cómo el abolengo opaca la justicia es el caso de Gabriela, una joven que asistió con su novio a una boda en Acapulco un 13 de Marzo; quien diría que esa noche en un lugar donde ella sentía que era un espacio seguro con su pareja las circunstancias cambiarían y sería una noche de terror y de abuso hacia su cuerpo. Marcelito, abuso sexualmente de ella al lado de su novio, Marcelo también está acusado por dos denuncias más de violación, “no soy la única víctima de este agresor sabemos que hay muchas víctimas más por eso mismo alzo mi voz esto no es sólo una lucha propia es de muchas con la cabeza en alto lo señaló y voy a seguir luchando por la justicia que nos merecemos” asegura, Gabriela Lambert.
Hoy las conmemoramos para recordarlas para darles voz, porque aunque la justicia no los ha alcanzado, la exigencia sigue viva porque ni perdón ni olvido.