Los hechos ocurrieron en la taquería “El Infierno” en Michoacán, el hombre entró y tomó asiento, pero poco tiempo después una de las empleadas se acercó a él y le pidió que se retirara del lugar.
El hecho causó indignación y cientos de cibernautas arremetieron contra el negocio, horas después la taquería lanzó un comunicado, asegurando que el señor se dedicaba al “ambulantaje” y eso estaba “restringido”.