Fue en septiembre de 2024 que un menor sufrió abuso sexual dentro del Instituto Marista en San Luis Potosí, y aún después de siete meses, el caso continúa sin resolución.
Hace siete meses, el enojo, terror y preocupación inundaron la vida de Mónica Pérez y su hijo, quien asistía a clases al Instituto Marista en San Luis Potosí, fue en septiembre del año pasado que esté niño de 13 años fue agredido sexualmente dentro de la escuela.
El 24 de septiembre de 2024, Mónica fue a recoger a su hijo como todos los días del Instituto Marista, desde ese momento y al llegar a casa notó que su hijo tenía un comportamiento diferente, el presentimiento de que algo malo le había pasado a su niño aumentaba cada vez más, fueron los cuatro rollos de papel gastados en el bote de basura, fue la sangre en ellos, y que su hijo se metió inmediatamente a bañar lo que la hizo sentir pavor sobre el estado de su pequeño.
Cómo madre, su cabeza dio mil vueltas sobre lo que pudo haberle sucedido, “Yo le dije que que había pasado, lo empecé a cuestionar, pero no me dijo nada, mi niño es autista y padece de discapacidad intelectual también, entonces solamente se agarró su carita y lloraba y me decía que no sabía qué había pasado”, relató.
Con amor, temor y paciencia Mónica intentó que su hijo le contará lo sucedido, “me dijo es que no, no vayas a pensar que cuando yo voy al baño alguien me hace algo”, fue lo que escuchó decir a su hijo, y un sentimiento indescriptible comenzó a crecer dentro de ella.
Juntos, Mónica y su niño, llegaron a la Fiscalía General del Estado (FGE) para que el niño fuera revisado, la negación empezó a invadir la mente de Mónica, pero a pesar de sus intentos por desechar la idea de que su hijo había sido agredido dentro de la escuela dónde se supone que estaría seguro, la médico legista encargada de su hijo le confirmo que lo que ella ya temía, “La médico legista sí me dijo que había sido abusado, entonces ella le empezó a preguntar quién había sido, un compañero, familiar o maestro, y mi niño empezó a decir que había sido un compañero y ya lo molestaba en clases de música, le metía la mano al pantalón y que lo había agredido en el baño”, contó.
Los siguientes meses transcurrieron en diálogos entre la Fiscalía y el Instituto, luego de levantar la denuncia, Mónica comenzó a moverse para conseguir los vídeos de seguridad de las cámaras que se encuentran dentro del colegio, fue hasta enero de este año que pudo conseguir una parte de estás cintas, sin embargo, la institución se ha mostrado muy poco cooperativa para encontrar al responsable.
El grupo al que pertenecía el niño, es el 10 GEM (Grupo Especial Marista) dónde se encuentran personas con distintas condiciones, en un rango de edad de los 12 hasta los 28 años, y actualmente dentro del Instituto sigue sin haber alguna garantía para los demás padres de familia de que esto no volverá a ocurrir, ya que aún no han encontrado al culpable.
A pesar de que han pasado 7 meses, Mónica sigue sin tener algún avance en su carpeta, y el miedo de que el caso de su hijo quede impune la invade todos los días, y es que ni las autoridades escolares así como de justicia han podido darle una respuesta favorable, ya que los vídeos conseguidos en enero de 2025 siguen en supuesto análisis.
“Yo le hablé mucho al principio de la policía, yo le dije, ellos nos van a ayudar mi amor, vas a ver qué ellos van a castigar porque esas cosas no deben de pasar, si me gustaría que él vea que realmente la policía tomó acción y que resultó como le prometí”, dijo Mónica, aún con esperanza de castigar al culpable que abuso de su hijo.