El 68.5% de los habitantes de San Luis Potosí percibe inseguridad en la ciudad, según la ENSU de octubre 2024. Las zonas más preocupantes son el transporte público y las calles transitadas, mientras que el 47% de los hogares ha modificado sus rutinas por miedo a la delincuencia.
La capital potosina continúa enfrentando altos niveles de percepción de inseguridad, de acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicada este 21 octubre de 2024.
Según el estudio, el 68.5% de la población mayor de 18 años considera que vivir en la capital potosina implica sentirse inseguro.
Las paradas de autobús, el transporte público, los cajeros automáticos ubicados en la vía pública y las calles frecuentemente transitadas se destacan como las zonas que generan mayor ansiedad entre los habitantes de la ciudad. Estas ubicaciones, por su naturaleza y exposición, son vistas como focos de riesgo, y es aquí donde los ciudadanos se sienten más vulnerables a sufrir delitos como robos, asaltos o agresiones.
El impacto del miedo a la delincuencia no solo afecta la percepción de seguridad, sino que ha modificado las dinámicas sociales. Según la ENSU, el 47% de los hogares en la capital han cambiado sus rutinas diarias para evitar ser víctimas de actos delictivos. Esto se refleja en acciones como evitar salir a ciertas horas, cambiar rutas habituales o dejar de utilizar servicios públicos.
El 32.5% de la población de 18 años y más en la ciudad reportó haber experimentado directamente conflictos o enfrentamientos en su entorno, lo que pone de manifiesto una creciente tensión social. Además, el 58.9% de los encuestados mencionó haber presenciado consumo de alcohol en las calles, lo que encabeza la lista de conductas antisociales observadas.
En contraste, solo el 40.4% de la población de la ciudad capital cree que el gobierno municipal es efectivo para resolver las principales problemáticas.
La ENSU evidencia la creciente preocupación ciudadana por la inseguridad, además de la frustración con la gestión de problemas cotidianos que afectan la calidad de vida en la ciudad.