Su feminicidio puso al descubierto los riesgos y desafíos que enfrentan las mujeres que salen cada día y que como conductoras buscan ganarse la vida.
En un ambiente cargado de tristeza y desconsuelo, ayer por la noche, los familiares y amigos de Dariana, la joven conductora de InDriver víctima de feminicidio pudieron despedirla y darle el último adiós.
Fueron más de 48 horas lo que la familia tuvo que esperar para poder tener consigo el cuerpo de la hija y hermana, la joven entusiasta y soñadora que fue asesinada el domingo por la tarde mientras trabajaba como conductora de transporte por plataforma.
Un nuevo recorrido llenó las calles de la capital, desde El Paseo hasta Himno Nacional se escuchaba el sonar de las motocicletas, los motores, se veían las luces y los globos junto con flores y fotografías de Dariana, algunas con la leyenda de Justicia.
Al llegar hasta la última morada de Dariana los compañeros y amigos descendieron de sus autos, se agruparon y aguardaron para poder despedirse.
La ceremonia fue breve pero desgarradora, en un íntimo espacio, lleno de lágrimas y abrazos, familiares y amigos se despidieron de una joven cuya vida fue abruptamente interrumpida. Entre aplausos y miradas al cielo ahogaron el dolor en profundos gritos “Te vamos a extrañar”.
El caso de Dariana ha sacudido a la comunidad potosina, resaltando la vulnerabilidad a la que se enfrentan las mujeres conductoras de plataformas de transporte, pues de acuerdo a los mismos colectivos de transportistas, se ha detectado que los delincuentes buscan particularmente que sus ataques sean a mujeres.
La tragedia ha generado un llamado urgente para reforzar la seguridad y protección de quienes, como ella, trabajan diariamente expuestos a innumerables peligros, aunque las autoridades han prometido justicia, y ya hay una persona detenida en relación con el caso, la herida en el corazón de sus familiares y amigos difícilmente sanará pronto.
Las luces del velorio se apagaron, pero el recuerdo de Dariana vivirá siempre en quienes la amaron.