Como cada inicio de curso escolar, las escuelas piden lista de útiles a lo padres de familia, este año los gastos por niño van de los 800 a los 1,500 pesos
Con la llegada de un nuevo ciclo escolar, las familias se enfrentan nuevamente al desafío económico que representa la compra de útiles escolares. Este año, el gasto por niño oscila entre los 800 y 1,500 pesos, dependiendo del tipo de escuela, ya sea pública o privada.
Cada año, las escuelas emiten una lista de útiles que, si bien es fundamental para el desarrollo académico de los estudiantes, se convierte en una carga financiera considerable para muchas familias. Los cuadernos, lapiceros, colores, tijeras, pegamento, borradores, pintarrones y juegos de geometría son algunos de los artículos más solicitados y, por ende, los que más se venden en las papelerías locales durante la temporada de regreso a clases.
En el caso de las escuelas públicas, el gasto en útiles escolares generalmente varía entre los 800 y 1,000 pesos por niño. Aunque estas instituciones intentan mantener las listas de útiles en un nivel accesible, el costo acumulado de los artículos básicos sigue siendo significativo, especialmente para las familias de bajos ingresos.
Por otro lado, los padres que envían a sus hijos a colegios particulares enfrentan una carga financiera aún mayor. En estas instituciones, el gasto en la lista de útiles puede llegar hasta los 1,500 pesos, debido a la inclusión de materiales adicionales como productos de higiene personal (papel de baño, jabón para manos, gel antibacterial, entre otros), lo que incrementa notablemente el costo total.
Sin embargo, la lista de útiles escolares no es el único gasto que los padres deben considerar. La compra de mochilas, lapiceras, uniformes y libros extra son también necesarios para el inicio del ciclo escolar, lo que puede elevar el gasto total por niño hasta los 3,500 o incluso 4,000 pesos.
Este incremento en los gastos escolares representa un desafío importante para las familias, especialmente aquellas con más de un hijo en edad escolar. En muchos casos, los padres se ven obligados a hacer ajustes en su presupuesto, renunciando a ciertos gastos o incluso endeudándose para poder cumplir con las exigencias escolares.