Equilibrio, comunidad, sabor y eternidad, esta es la historia del galardonado mezcal potosino.
Ubicada en el municipio de Ahualulco, cerca de la frontera con Zacatecas se encuentra la tierra del mezcal Júrame, la cual ha impregnado nuevamente a la comunidad Estación Ipiña de los sabores y olores del maguey silvestre que se da en el estado de San Luis Potosí.
Fue hace 28 años que José Eduardo Lomelí llegó a estas tierras con un sueño, que junto a los productores de Ahualulco se concretó en lo que hoy conocemos como el mezcal Júrame, y según relata el propio fundador, esta comunidad tiene un gran impacto en la realización de este destilado desde hace más de 100 años.
Esta historia inicia con don Pantaleón Ipiña, quién era acreedor a muchas tierras, e incluso su familia llegó a ser una de las más influyentes en San Luis Potosí en ese entonces, pero, debido al tiempo y otras circunstancias, las mezcaleras cerraron y la comunidad quedó sin su vitalidad, teniendo que buscar otro tipo de negocio para poder subsistir en aquellos días.
A lo largo de los años este territorio quedó en desuso y no fue hasta la fundación del aguardiente potosino que Estación Ipiña regresó a lo que era en los tiempos de don Pantaleón, y fue desde su inauguración que la vida de la mezcalera Júrame se divide en tres promesas para el campo, el maguey y su comunidad.
LOS 3 PACTOS DEL MEZCAL JÚRAME
Dentro de los campos de Ipiña la tranquilidad es algo que es permanente, se escuchan los pájaros, el aire soplar entre las hojas e incluso el zumbar de los insectos, es por esto que don Pepe Lomelí recalca la importancia de la conexión que tiene la comunidad con las tierras en Ipiña, “Si ustedes le preguntan a alguien de aquí como hemos llegado de aquel mezcal que tomabas en la universidad a este mezcal mucho más fino, nunca van a decir porque yo lo hice, van a decir, porque nuestros antepasados nos dicen como, ¿y cómo se conectan con sus antepasados? de dos maneras, caminando por aquí (el campo), les hablan las palmas, los árboles, los magueyes, y la otra manera es soñando”.
Debido a la gran relación que tienen los habitantes con su campo, la mezcalera hace un juramento a siempre mantener el equilibrio en sus tierras, y sobre todo al maguey silvestre, que es de dónde proviene el mezcal, y esto, significa que, el maguey, el mezcal y su comunidad deben ser eternos, así surgió el primer pacto que contrajo Júrame con las tierras potosinas, y menciona lo siguiente “Aquí estaré siempre esperando a que llegues para transformar tu forma y conservar tu esencia, para hacer de tu cuerpo el más fino de los mezcales”.
Estación Ipiña tiene hasta el momento 252 habitantes, de los cuáles 52 trabajan en Júrame, dónde además de ser un pueblo en el que realizan sus propios cultivos y alimentos, también es un lugar de tradiciones y costumbres, por lo que sus raíces se ven fortalecidas a la hora de trabajar en esta mezcalera al igual que sus antepasados lo hacían.
Ante esto, Eduardo Lomelí explica que el negocio funciona gracias a la triada mencionada anteriormente (mezcal, maguey y comunidad), si uno de ellos dejara de existir Júrame también lo haría, por lo que nace el segundo pacto de la mezcalera potosina, y es hacia la gente de la comunidad, sin su calidez, sudor y esfuerzo, la empresa no sería lo que es hoy, por lo que el legado de Estación Ipiña vive también a través de su gente.
El tercer y último juramento es el de la eternidad, para que el mezcal potosino perduré de manera que pueda sobrevivir sin sus actuales dueños, es imprescindible crear una marca para que la comunidad Ipiña se desarrolle y continúe generando beneficios para las familias que ahí habitan, por lo que la eternidad de Júrame significa no volver a perder los destilados potosinos.
JÚRAME, EL GALARDONADO MEZCAL POTOSINO LISTO PARA EL CONCURSO MUNDIAL BRUSELAS 2024
Este mezcal ha concursado desde 2019 en el Concours Mondial de Bruxelles (Concurso Mundial de Bruselas), y a lo largo de estos años ha sido galardonado con las medallas de plata y oro para los dos productos de Júrame, que es el mezcal blanco y el reposado, este año que el concurso se celebrará en SLP, el mezcal Júrame tiene altas expectativas de nuevamente ser distinguido entre los mejores del mundo.