Niñas, madres, jóvenes y mujeres adultas, al unísono de ¡No estás sola! llenaron el centro histórico para exigir un alto a la violencia que atraviesa las vidas y los cuerpos de las mujeres.
Poco a poco el jardín del barrio mágico de Tlaxcala se fue tiñendo de violeta, grupos de amigas, hermanas, madres e hijas con cartas y pancartas se agruparon y se convirtieron en una sola para desbordar la furia por la violencia que azota y arrebata la vida de mujeres todos los días.
El humo violeta, los tambores y megáfonos anunciaban la marcha que partió en punto de las 5 de la. Los rostros de Karla Pontigo, Fernanda Moran, Odalys y decenas de mujeres iban al frente. Sus familiares que no dejan de pedir justicia por su feminicidio iban al frente de la marcha.
“mujer escuch, esta es tu lucha” se escuchaba al unísono la primera parada fue frente la Fiscalía General del Estado, dónde mujeres dieron el testimonio sobre sus hijas, hermanas, primas que fueron asesinadas o desaparecidas, incluso, un pequeñito de entre 4 o 5 años dió el testimonio sobre la desaparición de su madre Abigail.
La marea se extendió hasta el palacio municipal, donde los rostros de abusadores, violentadores y deudores alimentarios llenaron la fachada, los vidrios quedaron en el suelo y la furia se extendió hasta la catedral metropolitana.
Las láminas y maderas que colocaron para blindar el palacio de gobierno no sirvieron de mucho, poco a poco empezaron a caer. Huellas y consignas quedaron grabadas en los muros del ejecutivo donde en esta ocasión no hubo policías ni quien decidiera salir a contener la ira femenina.
todos los contingentes fueron gritando las consignas a la vez de exigir al estado justicia por todos los feminicidios y desapariciones que ha habido en San Luis Potosí.
El clímax de la movilización fue en el edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde una vez más el fuego fue la voz de quienes han callado el acoso, abuso o algún tipo de violencia. Las bengalas y humo cubrió el cielo de violeta, la danza acompañó las lágrimas y los gritos de “Fuimos todas”.