
Aunque no lo creas, decir groserías es bueno para tu salud física y emocional, así lo revela un estudio de la Universidad de Keele (Inglaterra).
En el estudio participaron 67 estudiantes universitarios, quienes tuvieron que sumergir sus manos en agua helada.
Los científicos animaron al grupo de estudiantes a que gritaran groserías. Más tarde, completaron la misma prueba sin maldecir.
Los voluntarios soportaron las temperaturas frías durante 40 segundos más, mientras gritaban obscenidades.
El estudio revela que al decir groserías la gente se siente optimista, lo que los carga de energía y se libera la tensión reprimida o el sufrimiento físico.
Decir groserías aumenta la confianza de las personas.